¿Qué le pasa al cerebro cuando se usan drogas?
Las drogas contienen sustancias químicas que infiltran el sistema de comunicación del cerebro perturbando el envío, la recepción y el procesamiento normal de información entre las células nerviosas. Hay por lo menos dos maneras que las drogas pueden hacer esto: 1) imitando los mensajeros químicos naturales del cerebro y 2) sobreestimulando el “circuito de gratificación” del cerebro.Algunas drogas como la marihuana y la heroína tienen una estructura similar a la de ciertos mensajeros químicos llamados neurotransmisores, que el cerebro produce de manera natural. Esta semejanza permite a las drogas “engañar” a los receptores del cerebro y activar las células nerviosas para que envíen mensajes anormales.
Otras drogas, como la cocaína o la metanfetamina, pueden hacer que las células nerviosas liberen cantidades excesivamente altas de los neurotransmisores naturales (especialmente la dopamina) o pueden bloquear el reciclaje normal de estas sustancias químicas en el cerebro, lo cual es necesario para cortar el envío y la recepción de las señales entre las neuronas. El resultado es que el cerebro queda saturado de dopamina. La dopamina es un neurotransmisor que se encuentra en las regiones del cerebro que controlan el movimiento, las emociones, la motivación y las sensaciones placenteras. Normalmente, el sistema de gratificación responde a los comportamientos naturales relacionados con la sobrevivencia (como comer, pasar tiempo con los seres queridos, etc.), pero cuando es sobreestimulado por las drogas psicoactivas produce efectos eufóricos. Esta reacción inicia un ciclo vicioso de refuerzo que “enseña” a las personas a repetir el comportamiento de abuso de drogas que causó la gratificación.
Cuando una persona continúa abusando de las drogas, el cerebro se adapta a estas oleadas abrumadoras de dopamina produciendo menos dopamina o disminuyendo el número de receptores de dopamina en el circuito de gratificación. El resultado es un menor impacto de la dopamina sobre el circuito de gratificación, lo que limita el placer que el usuario es capaz de derivar no sólo de las drogas, sino también de acontecimientos en su vida que anteriormente le causaban placer. Esta disminución en el placer obliga al drogadicto a continuar abusando de las drogas en un intento de recuperar la función normal de la dopamina. Además, ahora necesita consumir una cantidad mayor de la droga en un intento de elevar la función de la dopamina a su nivel normal inicial. Este efecto se conoce como tolerancia.
El abuso a largo plazo también causa cambios en otros sistemas y circuitos químicos del cerebro. El glutamato es un neurotransmisor que influye sobre el circuito de gratificación y la habilidad para aprender. Cuando el abuso de drogas altera la concentración óptima del glutamato, el cerebro intenta compensar este desequilibrio, lo que puede deteriorar la función cognitiva. Los estudios de imágenes del cerebro de las personas drogadictas muestran cambios en las áreas del cerebro esenciales para el juicio, la toma de decisiones, el aprendizaje, la memoria y el control del comportamiento. En conjunto, todos estos cambios pueden hacer que el toxicómano busque y use las drogas compulsivamente a pesar de conocer las consecuencias adversas, y hasta devastadoras, que conlleva su comportamiento. Ésta es la naturaleza de la adicción.
¿Por qué algunas personas se vuelven adictas a las drogas y otras no?
No hay un solo factor que determine si alguien se volverá drogadicto. El riesgo de desarrollar esta enfermedad está influenciado por una combinación de factores que incluyen la constitución biológica de la persona, el entorno social y la edad o etapa de desarrollo en que se encuentra. Mientras más factores de riesgo se tienen, mayor es la probabilidad de que el consumo de drogas se convierta en adicción. Por ejemplo:- Constitución biológica: Los genes con los que se nace, en combinación con las influencias del entorno, son responsables de alrededor de la mitad de la vulnerabilidad a la adicción que tiene la persona. El sexo, la etnia y la presencia de otros trastornos mentales también pueden influir sobre el riesgo para el abuso de drogas y la drogadicción.
- Entorno o medio ambiente: El entorno de cada persona implica muchos factores, desde la familia y los amigos hasta el nivel socioeconómico y la calidad de vida en general. Ciertos factores como la presión social de amigos o colegas, el abuso físico o sexual, el estrés y la calidad de crianza que les han dado los padres, pueden tener una gran influencia sobre si la persona llega a consumir drogas y si esto progresa a la drogadicción.
- Etapa de desarrollo: Los factores genéticos y ambientales interactúan con las etapas críticas del desarrollo humano afectando la susceptibilidad a la adicción. Si bien el consumo de drogas a cualquier edad puede llevar a la adicción, mientras más temprano se comienza a consumir drogas, mayor es la probabilidad de que se progrese al abuso y a la adicción. Lo cierto es que cualquier exposición a las drogas de abuso constituye un reto especial para los adolescentes. Como las áreas del cerebro que gobiernan la toma de decisiones, el juicio y el autocontrol aún se están desarrollando activamente durante la adolescencia, los jóvenes adolescentes pueden ser especialmente propensos a comportamientos de riesgo, los que incluyen la experimentación con las drogas de abuso.
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